5. Atención a la Diversidad.



     Dar respuesta a las necesidades educativas de todos los alumnos y alumnas es uno de los grandes retos que se plantea al profesorado. Al margen de las vías específicas que permiten afrontarlo, la atención a la diversidad del alumnado hay que entenderla como una característica de la práctica docente ordinaria de acuerdo con uno de los principios metodológicos recogidos en el decreto de currículo.


     Se trata, por tanto, de entender la actividad docente como un proceso en el que es preciso ofrecer respuestas diferenciadas en función de los siguientes ámbitos de diversidad:
1º.- Cada alumno o alumna tiene una capacidad para aprender dependiendo de su desarrollo que no es sinónimo de capacidad intelectual.
2º.- La motivación para aprender depende de la historia de éxitos y fracasos anteriores de cada individuo en su tarea de aprendizaje.
3º.- Cada alumno/a tiene un estilo de aprendizaje para enfrentarse con las tareas escolares.
4º.- Los intereses del alumnado en su futuro académico y profesional son diferentes.


     El profesor debe ajustar la ayuda pedagógica a las diferentes necesidades del alumnado y facilitar recursos y estrategias variadas que permitan dar respuesta a las diversas motivaciones, los diversos intereses y las diversas capacidades que presentan los alumnos, en los grupos de Bachillerato las adaptaciones serán no significativas, puesto que a dicho nivel académico no acceden aquellos alumnos/as con desfases curriculares, puesto que van dirigidos a programas de diversificación curricular, no obstante si se nos plantean alumnos/as con necesidades especiales, debido a deficiencias físicas.


     La vía para el tratamiento de la diversidad es la adaptación curricular no significativa. Para llevarla a cabo se requiere una evaluación inicial de la que se desprenda la necesidad de:
a- Plantear intenciones y estrategias diferenciadas.
b- Permitir ritmos distintos y niveles de consecución diferentes.
c- Una actuación del profesor como mediador y organizador del proceso de enseñanza-
aprendizaje de acuerdo con la progresión de cada alumno/a.
d- Colaboración y coordinación con los demás profesores del equipo docente para asegurar el progreso de los alumnos y alumnas en la dirección marcada por los objetivos generales.


     Así, según las circunstancias que concurran en el aula, el profesor podrá plantear las siguientes estrategias:
1- Adaptaciones del material didáctico que ofrezcan una amplia gama de actividades didácticas que respondan a los diferentes grados de aprendizaje.
2- Variaciones de la metodología. No son aconsejables las metodologías basadas en la homogeneización y en el alumnado medio. Las formas de enfocar o presentar la materia deben de ser consecuencia de los distintos grados de conocimiento previo detectado en los alumnos/as y la existencia de diferentes grados de autonomía y responsabilidad entre los alumnos/as.
3- Proponer actividades de trabajo diferenciadas. El profesor hará un análisis de los contenidos de la materia que determine cuáles son fundamentales y cuáles complementarios o de ampliación y preparará actividades con distinto nivel de complejidad que permitan trabajar estos mismos contenidos con exigencias distintas.
4- Organizar grupos de trabajo flexibles y con ritmos distintos de aprendizaje.
5- Acelerar o frenar el ritmo de introducción de nuevos contenidos adaptándolos a las necesidades del grupo-clase.


     En suma, la atención a la diversidad de alumnos y alumnas se basará en la capacidad del profesor para ajustar su actuación en el aula a lo que sean capaces de aprender los/as alumnos/as, sin renunciar a los objetivos didácticos que se hayan programado.


• Alumnos/as que necesiten un refuerzo puntual, para los cuales se organizarán actividades encaminadas a subsanar la deficiencia detectada. Podrán hacérsele, puntualmente, adaptaciones curriculares no significativas (cambios para dar respuesta a las diferencias individuales de los alumnos/as o a sus dificultades de aprendizaje transitorias sin eliminar contenidos esenciales ni objetivos básicos del área).


• Alumnos/as que presenten una importante lentitud en el aprendizaje pero que evidencien su deseo por aprender. Para ellos se promoverán actividades adaptadas a su ritmo y se les exigirá según su ritmo de aprendizaje, evaluándolos en función de sus avances y explicándoles individualmente los puntos problemáticos a recuperar si ello fuera necesario, mientras sus compañeros/as realizan otras actividades. Se les hará, igualmente, en caso de ser necesario, adaptaciones curriculares no significativas.


• Alumnos/as que no presentan dificultades en la consecución de los objetivos propuestos. A estos alumnos habrá que darle la oportunidad de ampliación y se les puede ofrecer todo lo que individualmente demande cada alumno/a, con la sola limitación del tiempo asignado al área.


• Alumnos/as que se sitúan en un nivel de conocimientos y capacidades superiores a la media del grupo. Este tipo de alumnado supone un porcentaje muy escaso respecto al grueso del grupo, pero han de ser atendidos igualmente de la mejor forma posible. Se le propondrán otras actividades más complejas que permitan profundizar y ampliar los objetivos y capacidades marcadas para este curso.

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